10.- Como las leyes se hacen porque son necesarias, también lo es que haya quien les haga respetar y castigue al que falta a ellas. Los hombres todos son iguales ante la ley y se ven obligados a respetarla, así como se hacen igualmente responsables si faltan a ella.
11.- El primer deber de todo hombre, sea o no ciudadano del país en que habita, es el de respetar las leyes; aún cuando éstas no sean tan buenas como fuera de desearse; porque faltando a ellas, se procuran males mayores.
12.- En las naciones, las disposiciones tomadas por los legisladores, algunas veces suelen traer grandes daños a los gobernados; pero en esos casos, nunca son justificados los tumultos ni levantamientos a mano armada, los cuales causan el derramamiento de sangre y la destrucción de las propiedades. Cuando es así, el remedio más eficaz es la unión de todos los ciudadanos, que, apoyados en su protesta por la razón y el número, lograrán el cumplimiento de sus deseos.
13.- Si los ciudadanos tienen que respetar las leyes, para evitar que los malos las lleguen a faltar, en juicio de todos, es obligación de cada uno defenderlas; primero: con el apoyo moral y si el caso lo requiere con la fuerza.
14.- Las revoluciones y disturbios a mano armada, son por lo común el fruto de imaginaciones exaltadas, guiadas más por el egoísmo, la ambición personal y el afán de exhibición, que por el bien del pueblo. Los horrores que traen consigo las luchas intestinas, son tantos, que en nuestra época, tales cosas están por completo reprobadas por todos aquellos que tienen una idea honrada de la ciudadanía; y mucho más, si gozan de alguna ilustración. Los que fomentan revoluciones suelen ser personas de gran instrucción; pero dotados de muy pobres sentimientos, pues pretenden elevarse a costa de la sangre y ruina de sus conciudadanos, y rara vez exponen sus personas o sus intereses y si lo hacen, es por mero cálculo de conveniencia. Lo anterior lo ha demostrado la historia.
15.- Por desgracia, en los países donde las instituciones no son lo que deberían ser; en aquellos donde suelen repetirse los disturbios intestinos, ocurren con frecuencia crímenes horribles, ya consistan en el vil asesinato de los gobernantes, ya en que estos hagan que desaparezca algún ciudadano o ciudadanos que les estorban; en ambos casos constituye lo que se designa con el nombre de asesinato político. No puede nunca aspirarse a conseguir el bien, recurriendo al asesinato. Tan envilecido es aquél que lo piense, el que lo acepte, el que lo ordene o el que lo lleve a cabo, que deben despreciarse todos ellos sus bienes y los bienes consecuencia de esa vida para no mancharse, ni con su amistad, ni con sus favores.
Ejemplos:
1. Todos somos iguales ante la Ley, porque de faltar a ellas se provoca Violencia, si en una familia todos los hermanos son tratados con justicia, a todos les tocaran las mismas obligaciones y responsabilidades y a todos se les querra por igual. Si hay un favorito, este rompera la armonia de la familia, se produciran envidias y celos.
2. La defensa de la Ley es obligacion de todos, por medio de la presion social, si uno de tus hermanos intenta no cumplir sus obligaciones en casa, es primero reprendido por sus padres y por sus hermanos, y despues en caso de seguir con esa actitud, es castigado por los repositorios de la Ley en la familia, los padres.
3. La Violencia solo se justifica si es en defensa de las leyes, porque tiene el poder de destruir a la sociedad, al individuo y solo provoca mas violencia, el asesinato mancha a todo aquel hombre que lo comete, de por vida, que vivira en constante remordimiento.
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