Justicia
8.13.- Definición.- ( Del latín iustitia.).- Virtud que inclina a dar a cada uno lo quele pertenece. Muchas veces, por las fórmulas sociales olvidamos la sinceridad, y nos vamos con gran frecuencia al otro extremo nos volvemos descaradamente vulgares y cínicos alegando que las formulas sociales son hipocrecía, con eso causamos gran daño.
8.14.- Vamos a ejemplificar lo anterior con algo muy simple: Hay un hombre necesitado y que tiene familia, va a pedir trabajo en una oficina, taller o fábrica por una pena injustificada, el solicitado le dice a aquél hombre que vuelva, que va a proporcionarle el trabajo cuando en realidad ni piensa ni pensará en ello. El solicitante vuelve día tras día hasta que llega el momento de fatigarse y no vuelve más. Pero entre tanto han sufrido él y su familia, creyendo en una promesa imprudente, ha perdido la ocasión de encontrar trabajo en otra parte, y al final su posición es peor que al principio, cuando le prometieron el trabajo.
8.15.- La sinceridad es considerada como una de las virtudes que más ennoblecen al individuo; y en consecuencia la falta de ella es por lo contrario lo que más envilece al hombre.
8.16.- Con la práctica más extensa de las virtudes, el hombre se aproxima más a la perfección, y parece que el que las adopta como guía de sus acciones, está rodeado de una aureola sobrenatural, haciéndose admirar y querer hasta de aquellos a quienes tenemos por malos y aún por los enemigos.
8.17.- La virtud de fundar la felicidad propia en el bien que podemos hacer a nuestros semejantes, sin contar con los sacrificios que se hacen necesarios para practicarla, es la abnegación; don divino que inmortaliza a aquellos seres que basan su tranquilidad y bienestar en el bien que a otros proporcionan.
8.18.- Según las virtudes estas elevan al hombre hasta lo sobrenatural, las pasiones y los vicios le envilecen, hasta el extremo de hacerse considerar como un ser fuera de lo que podemos admitir dentro de la sociedad humana.
8.19.- Si tomamos primeramente la mentira, no tardamos en convencernos del envilecimiento del ser embustero. Se pierde el respeto a sí mismo, se pierde el respeto a los demás y cuando es plenamente identificado todo el mundo le vuelve la espalda. Muchos hay que mienten por costumbre y su degradación llega hasta el extremo de engañarse a sí mismos.
Esto es la peor situación porque sufren ellos mismos y hacen sufrir a los que le rodean, redundando además en un daño social local.
Otros mienten por hacer daño alguno, y su bajeza ya no tiene calificativo ¡tan grande y profunda es! Y también los hay que mienten por hacerse bien a ellos mismos o a otros, y aunque en principio logren su deseo, siempre reciben más mal que bien. La mentira es el más grande mal de nuestras sociedades actuales.
8.20.- De las tres pasiones, la envidia, la soberbia y el orgullo.
8.20. 1.- La primera y peor, presenta al envidioso como el ser más degradado de todos, porque sino lo fuera, no tendría envidia; y al tenerla es porque él se considera inferior a los demás. El desgraciado envidioso, aunque tenga con que vivir, nunca puede llegar a ser feliz.
8.20. 2- El soberbio pronto ve su mal como resultado de su pasión; todo el mundo se aparta de él por temor y enseguida se ve sin amigos y despreciado.
8.20. 3.- El orgulloso sirve de objeto de risa a los que con él tratan, en su obcecación, al creerse superior a los demás, no observa que hace el papel de los payasos en el circo y aún inferior, porque aquellos hacen reír con gracias y el orgulloso causa hilaridad con sus desgracias.
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